• Adiós • Romero el día de su despedida cuando se enfrentaron los amigos de Chichi y la selección que fue a USA 94. Fue un día inolvidable para el talentoso jugador.
Era Erwin Romero un admirador del ‘jogo bonito’ y como tal brilló en varios clubes bolivianos, en la selección nacional y también en equipos del exterior. Poseía una gran habilidad con la derecha. Fue y es hasta ahora uno de los ‘10’ que más lustre le sacó a esa casaca, pese a que empezó a jugar como back central.
Chichi, como fue y es conocido en todas partes, llegó muy pequeño a Santa Cruz de la Sierra y se afincó en el barrio de la Máquina Vieja, cursando la primaria en la escuela Leonor Ribera Durán y en el Seminario San José, y la secundaria en el Nacional Florida.
De aquí reseña los campeonatos intercolegiales en los que destacó, pero como defensor. A la par de estas lides estudiantiles entrenaba en Destroyers. A los 13 años jugó en la infantil, a los 14 en la juvenil y a los 15 debutó en primera.
El equipo destroyano tenía como figuras en ese entonces a Herman Garrido, Cuqui Arias, Juan Medina, Betín Rojas, Tito Melgar, Chiqui Herrera, Lucho Pereira y Dionisio Amarilla.
En su debut lo hizo como volante central y así continuó durante toda su estancia jugando en ese puesto. En 1974 asiste al Sudamericano juvenil de Lima. La selección boliviana tenía como entrenador a Ramiro Blacut, quien al ver la habilidad de Chichi, lo puso como número 10 y desde ahí fue inamovible en el puesto.
En 1975 Oriente lo compró junto a Erwin Espinoza para jugar la Copa Simón Bolívar. De esa época recuerda a Toninho, Jorge Campos, William Arias, Wilson Herbas, Pacho Flores y René DomingoTaritolay.
Con la divisa albiverde asistió a tres copas Libertadores. Rememora grandes partidos librados ante Deportivo Cali y Nacional de Medellín, dirigidos técnicamente por Bilardo y Zubeldía, respectivamente.
Otros duelos fueron contra Alianza Lima en el que figuraban Cubillas, Cueto, Perico León y Juan José Muñante, entre otros grandes jugadores.
A comienzos de 1980, año en que Oriente fue campeón, no pudo jugar la final contra The Strongest porque se fue a préstamo a Quilmes, el equipo ‘cervecero’ de Argentina, que se lo llevó debido a sus buenas actuaciones en la selección absoluta que le ganó a Argentina, flamante campeón mundial y a Brasil en La Paz por la Copa América.
Por sus actuaciones destacadas, teniendo en cuenta que Quilmes era un equipo ‘chico’, estuvo varias veces como titular y como suplente en el equipo de la semana de la revista El Gráfico a pesar de que en ese tiempo habían en su puesto grandes jugadores como Maradona en Argentinos Juniors, Alonso en River y Zanabria en Boca.
En 1981 se vino a Bolivia a disputar las eliminatorias para el Mundial de España y cuando trató de volver no le quisieron pagar en dólares, debido a la crisis que ya se sentía en ese país.
Bolívar, que había vendido a Aragonés al Palmeiras, lo compra en 1981 donde jugó hasta 1984. Con la academia fue campeón por tres veces. En ese entonces Gremio de Brasil lo solicita, pero debido a las elevadas pretensiones de la dirigencia del club paceño, no se hizo la transacción. Ese año el club brasileño fue campeón del mundo en Tokio. Lo mismo ocurrió con Millonarios de Colombia que quiso tenerlo en sus filas.
Luego de su paso por la academia celeste, estuvo en Real Santa Cruz, en Bucaramanga de Colombia, en Blooming, The Strongest, Orcobol y por último en Wilstermann, donde concluyó su carrera en 1992.
Perfil
Está ahora en función pública
Erwin Romero Escudero nació en la capital petrolera de Bolivia, Camiri, el 27 de julio de 1957 en el hogar formado por los esposos Fortunato Romero (+) y Arminda Escudero. Tiene seis hijos. Actualmente es responsable de deportes del gobierno municipal en el distrito 5 y desde hace pocos días funge como presidente de la comisión técnica de Oriente Petrolero.
Una fama de díscolo que él la refuta
Siempre se rumoreó que Chichi Romero era un hombre dado a la buena vida, regada copiosamente de bebidas, algo que él se encarga de aclarar.
“Lo que sucede es que yo no me escondía para tomarme unas cervezas, lo hacía en La Pascana, El Club Social 24 de Septiembre, El Caballito y otros lugares muy frecuentados en nuestra capital”, asegura Romero.
Insiste en que él conoció y conoce a otros jugadores que bebían y hacían otras cosas con mucha más frecuencia, pero que se escondían.
Todos los domingos uno da examen en la cancha y quisiera que me demuestren si jugué con desgano o en mal estado, afirma.
Romero dice que se abstenía de tomarse unas ‘chevas’ desde el jueves para llegar al fin de semana en la plenitud de sus condiciones físicas. Y es más, agrega, que también evitaba el sexo, que a pesar que no cree que le mermaba el rendimiento físico, mentalmente estaba atemorizado por que ello suceda.
Anécdotas y algo más...
No me fregués
Cuando disputaba un partido a estadio lleno entre su equipo, Real Santa Cruz, contra Bolívar, hubo un tiro libre el cual chuteó sin que Antequera hubiera dado la orden y la clavó en el ángulo. El árbitro lo recriminó diciéndole ‘Chichi no me fregues el partido’ y lo tuvo que repetir. El tiro le salió calcado, recibiendo una ovación del público asistente.
El mejor DT
Para Romero, uno de los mejores técnicos que lo dirigió fue el chileno Andrés Prieto, un hombre que enseñaba el fútbol, que dejó escuela en la parte técnica, táctica y física, pese a que a veces pecaba por cargoso. Hacía parar la pelota para indicarle a los futbolistas cómo tenían que jugar.
Grandes rivales
En 1987-88 jugando en Oriente se dieron el lujo de eliminar a Cerro y Olimpia de Paraguay y Colo Colo de Chile en la Libertadores, jugando al lado de Trucco, Brunetto, Angeletti, Amodeo, Celio, Tucho Antelo, García, Saldías y Da Silva.
Opinión
Si usted no lo vio, no sabe lo que se perdió
Jaime Galarza / Periodista
En el Olimpo de los cracks, Erwin Romero ocupa un sitial privilegiado, qué duda cabe. Para mí, fue el mejor futbolista boliviano de fines de los 60 hasta la fecha.
Romero brilló en otro tiempo y en un fútbol distinto, con un reglamento permisivo, en el que los árbitros protegían poco o nada a los talentosos, y la camiseta número 10 era como un manto sagrado que lucían los que más sabían con la pelota y entendían mejor el juego.
Fue el mejor en una época en la que los sistemas tácticos contemplaban marcas personales, con un cancerbero que perseguía al ‘10’ por toda la cancha, y en la que las mañas, la fuerza y más de una patada alevosa, estaban permitidas.
Empero, no se achicaba nunca ante los excesos de rivales impotentes frente a su destreza con la pelota, y terminaba imponiendo su juego de enganches y quiebres que lo hacían incontrolable.
Un jugador genial que combinaba habilidad, visión de juego, precisión, excelente remate, personalidad, potencia física y gol (hizo 134 en su etapa liguera).
Hoy no hay nadie que se le parezca. Es como si se hubiese roto el molde. Fue tan buen jugador, que cuando Diego Maradona sufrió una grave lesión en el tobillo, el poderoso Barcelona pensó en Chichi para reemplazarlo, pero Bolívar, en realidad su presidente-benefactor-mecenas, Mario Mercado, desechó la oferta.
Apareció en Destroyers, lo disfrutó Oriente, se consagró en Bolívar, lo admiraron en Quilmes de Argentina, paseó su veterana sapiencia en el Bucaramanga de Colombia y otros clubes bolivianos, y, por supuesto, fue durante muchos años un aporte fundamental a la selección nacional.
Grande, Chichi. Un verdadero maestro. Quien no lo vio jugar, no sabe lo que se perdió.El Deber.
Erwin ‘Chichi’ Romero El Maestro
17 septiembre 2007
Categoria Entrevistas
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