Sergio Galarza es de esos que mantienen el perfil bajo, prefiere demostrar lo suyo en la cancha que hablando. Tenía 15 años cuando decidió ser arquero y en 1993 debutó en Metalsan de Cochabamba. En Real Santa Cruz hizo carrera y en Wilstermann empezó a ‘madurar’. Su presente se llama Oriente Petrolero y la selección nacional. Se viene la Copa América en Venezuela y ya se hace ilusiones asumiendo la titularidad.
- ¿Cómo nace lo de mono? - Por mi papá. Él es muy conocido por mono, sobre todo en La Paz. Nunca supe quién se lo puso, pero era conocidísimo por ese apodo. Cuando empecé a jugar todo el mundo empezó a decirme monito.
- Es curioso esto de los apodos, a José Carlo le dicen ‘Gato’, a Carlos Arias ‘Pollo’ a Lev Yashin le decían ‘La araña negra’, ¿hubieras preferido tener otro apodo? - Está bien, aparte que va con mi puesto (el mono es inquieto, ágil y busca los palos para trepar). Además, hay un arquero que siempre lo he tenido como referente, que es Navarro Montoya (que también le dicen mono). Para que voy a mentir, me queda y me gusta el apodo.
- ¿Preferís que te llamen Sergio Daniel en vez de mono? - Lo que pasa es que futbolísticamente nací con ese apodo y me siento bien, no me veo con otro.
- El otro día dijiste que lo que sos como arquero se lo debés a tu padre, ¿estás atajando mejor que él en su mejor época? - Yo vi videos de él y es difícil decir si estoy mejor que cuando atajaba. De lo que sí estoy orgulloso es que me hayan comparado con él.
- Esa vez se te cayeron algunas lágrimas, ¿qué te hizo quebrar? - Me emociona cuando hablan de mi familia, por eso no hago ese tipo de notas. Admiro a mi viejo y lo quiero mucho, por ahí la distancia y el buen momento por el que estoy atravesando influyeron. Cuando lo escucho decir que está contento y orgulloso por mí, me hace sentir feliz.
- ¿Te presiona que tu padre fuera un gran arquero y además atajara en la selección? - Ya no, al principio sí, porque era una carga, incluso decían que yo jugaba por mi padre, pero con el tiempo y los partidos me fui ganando un espacio y mi nombre fue pesando por mí, no por él.- ¿Por qué arquero? ¿por qué no delantero o defensor? - Ahí sí se dio por influencia de mi padre. Cuando empecé jugaba fútbol de salón, pero llegando a los 15 años mi padre me pidió que lo acompañe a los entrenamientos y que lo siga más de cerca. Fue entonces cuando empezó a pelotearme.
- ¿Él te metió a la cabeza de que tenías que ser arquero sí o sí? - No, sino que él me vio condiciones y dijo que podía ser arquero. En ese tiempo surgía el famoso reglamento del sub 20 obligatorio en los equipos y me anotaron en San José. Todavía estaba en el colegio, pero me gustó la idea. Empecé a ir más seguido a las prácticas con mi padre y viajaba con el equipo.
- Viene la Copa América y dan por hecho que vas a ser el titular, ¿te hacés con la número 1? - Seguro, es mi gran sueño, como es mi anhelo ser titular en las eliminatorias. - ¿Te llegó el momento? - Es el momento justo. Me siento bien física y mentalmente, a nivel personal y familiar estoy maduro, claro que tengo que trabajar mucho para pelear un lugar. Mi primer objetivo es estar entre los 20 convocados y luego a pelear el puesto a morir. Siempre me tocó estar en las selecciones, y siempre me tocó mirar de afuera, hoy creo que tengo la chance y no pienso dejarla pasar. Quiero ser protagonista.
- ¿Qué no te gusta de vos? - Por ahí a veces se me sale cadena (perder el control) en contra de un compañero, pierdo rápido los estribos y me voy contra el árbitro o el juez de línea. Con la experiencia que tengo puedo que controlar un poco más esas reacciones.
- ¿Te da bronca no haber sido un poco más alto? - (Se ríe). No reniego de mi estatura ni de lo que tengo, pero me hubiera gustado ser un poco más alto. Siempre bromeo con mi hermano menor que es diez centímetros más alto que yo (Luis mide 1,85), diciéndole en tono de broma que si yo, a los 22 años, hubiese tenido su estatura, tal vez habría estado jugando en Italia.
- A propósito de ‘altura’, ¿qué pensás cuando escuchás que no se jugarán partidos de las eliminatorias en ciudades como La Paz? - Están buscando sacarse de encima a La Paz, porque el fútbol sudamericano está cada vez más parejo a nivel de selecciones; han crecido Ecuador y Venezuela, nosotros tenemos que demostrar en la Copa América que estamos saliendo del pozo. Argentina tuvo que ir a dos repechajes, Uruguay lo mismo, Brasil no es el 'monstruo' de antes. Están queriendo facilitarle las cosas a los grandes para evitarse amargas sorpresas. A Argentina y a Brasil ya no les va alcanzar el peso de su camiseta para ganar.
- En el fútbol es común escuchar la frase "estoy en mi mejor momento", ¿vos lo estás? - No sé, pero yo me siento bien, no puedo decir que estoy en mi mejor momento porque siempre pienso en que cada partido tiene que ser mejor que el otro. Muchos me preguntan cuál fue mi mejor partido, y yo siempre digo que para mí el mejor partido es el que viene.
- Tu primo Rolando (Aurora) y tu hermano Luis (Wilstermann) también son arqueros, ¿hasta cuándo durará la dinastía de los Galarza? - Es difícil, pero creo que mi hermano debería ser el indicado para darle continuidad a esa tradición. Tiene que ser Luis (22 años) porque es joven, mis hijos están chicos, los de Rolando también, entonces va pasar un buen tiempo hasta aparezca otro Galarza.
- Imaginate en un equipo y en un país, ¿dónde vuela ese sueño? - Para mí es un sueño lejano, no por falta de condiciones sino por la edad. Me hubiera gustado ir a México o a Colombia; Europa no sé, allá buscan otro estilo de arquero.
- ¿Sentís de que el tiempo se te acorta y que la chance de emigrar es menor? - Así es, por eso digo que hoy me siento mejor que nunca para llegar a la selección de titular. Ésta es la oportunidad que estaba esperando, en agosto cumplo 32 años y los tiempos se van acortando.
- Pero podés llegar a los 42 años, como tu padre… - Si, pero hay una cosa. ¿por qué jugó él hasta los 42? Porque había pocos arqueros, y estoy seguro de que dentro de poco aparecerán más arqueros jóvenes. - El error de un arquero casi siempre termina en gol, ¿qué pasó en el gol de Boyero? - Tuve un error de cálculo, me apresuré en la salida. En ese momento estaba ansioso por ganar, faltaba poco para que termine el partido y estábamos 1-1, y por querer capturar una pelota más rápido tuve un error de cálculo, y ahí estuvo el delantero con la virtud de pegarle en un momento clave. Son fallas que a veces cuestan caro, a mí casi me costó el puesto.
- ¿Es verdad que se te van hasta las ganas de comer?- Ese día no dormí. Normalmente me cuesta conciliar el sueño, y después de ese gol no pude dormir dos o tres noches seguidas, porque en ese clásico perdimos muchas cosas: los puntos, un invicto de siete partidos sin derrota y tres partidos sin recibir goles, etc.
- ¿Si volviéramos atrás, ¿qué harías en esa jugada?- Me quedo en el arco, porque viene Ronald Arana ‘peleando’ con Boyero.
- ¿Y cuando se gana, sobre todo siendo figura como en el último clásico?-Me quedé muy tranquilo, porque uno trabaja para responder así al equipo. Yo entreno muy duro todos los días para responder a la confianza del entrenbador y del equipo. Después del clásico estaba muy contento…
- ¿Dicen que un jugador bueno nace, no se hace, ¿y un arquero?- Yo creo que tiene que nacer, pero a las condiciones con las que uno nace hay que ayudarlas.
- ¿De qué arqueros has aprendido secretos que te han ayudado?- Mi padre me enseñó mucho. En el tiempo que estuvimos juntos en Wilstermann, José Antonio Vaca (PF de la selección) me hizo ver que era importante la potencia y la reacción. También me hizo notar que era clave la fuerza y que había que trabajar mucho en el gimnasio, sobre todo para mí, por mis características. Carlos Angel Biassutto también me enseñó a corregir mis salidas en los centros, él fue muy importante dentro de mi carrera.
- ¿Cómo te lo imaginás a Sergio Galarza de aquí a unos 20 años?- Uff... Primero que nada con buena salud, sobre todo eso, y disfrutando de mi familia y del fútbol.
- Las comparaciones a veces incomodan, ¿cuál es la diferencia entre vos y tu padre?- Él tenía más presencia. He visto muchos videos de él atajando y creo que metía miedo. Donde le saco ventaja es en la rapidez y reacción, y en el juego con los pies.
- En un par de meses vas a cumplir 32 años, ¿no creés que te ha llegado un poco tarde la consolidación?- Más bien pienso que me ha llegado en el momento justo, porque lo más difícil que hay en el fútbol es la regularidad. Tuve picos altos y también bajos desde que inicié mi carrera. A partir de 2002 comencé a tener regularidad en Wilstermann; como dicen los argentinos, un arquero de 6 ó 7 puntos.
- Una vez dijiste que soñabas con jugar en Oriente…- Sí, por lo que significa el equipo, es muy importante para mi carrera. Tuve la opción este año de irme a otro lado, pero estoy bien acá, cómodo, contento por todo lo que mueve Oriente, sin lugar a dudas tiene la mejor hinchada del país. Entrar a la cancha y ver el estadio lleno de gente, o que en la calle te reconozcan y te alienten, eso es impagable.
- ¿Cómo quisieras que te recuerde la gente?- Como buen tipo, sobre todo eso. Se acordarán que atajé bien algún día, es lo de menos, pero que digan que fui un buen tipo es importante para mí.
- Castillo, Arana y vos festejaron después del clásico como si fuera un título, ¿prepararon el festejo frente a la hinchada de Blooming o salió en ese momento?- Salió ahí, porque no se puede ensayar un festejo antes de un partido que no se ha jugado. Estábamos muy contentos, es parte del folclore del fútbol, lo hicimos para cargar al rival pero no con mala intención ni de mala leche, y si molestamos a alguien o mellamos realmente su dignidad, como dicen, fue sin ninguna intención y por eso pido disculpas públicamente, no tengo problemas en hacerlo.
Las frases
"Después del gol de Boyero no pude dormir dos o tres noches seguidas. No exagero"
"Para qué voy a mentir, me queda y me gusta el apodo de Mono. Me identifico con él"
"Me enorgullece mucho que me hubieran comparado con él (su padre Luis Galarza)"
"No reniego de mi estatura ni de lo que tengo, pero me hubiera gustado ser más alto"
Perfil
Nació con la pelota en la manoSergio Galarza guarda con mucho celo una fotografía suya cuando tenía un año, previo a un clásico Bolívar-The Strongest en La Paz. Ahí comenzó su historia. Nació el 25 de agosto de 1975 (31 años); es hijo de Luis Esteban Galarza y Lourdes Soliz. Está unido en matrimonio con Carola Méndez y tiene tres hijos: Sergio (3) y los mellizos Esteban y María Noel (un año y siete meses). Sus hermanos son Juan Marcelo (29) y Luis (22). Se inició en Metalsan de Cochabamba, en 1993, y después jugó en Real Santa Cruz, Blooming, Wilstermann y ahora Oriente Petrolero. Su primo juega en Aurora y su tío Arturo en Bolívar.
- ¿Cómo nace lo de mono? - Por mi papá. Él es muy conocido por mono, sobre todo en La Paz. Nunca supe quién se lo puso, pero era conocidísimo por ese apodo. Cuando empecé a jugar todo el mundo empezó a decirme monito.
- Es curioso esto de los apodos, a José Carlo le dicen ‘Gato’, a Carlos Arias ‘Pollo’ a Lev Yashin le decían ‘La araña negra’, ¿hubieras preferido tener otro apodo? - Está bien, aparte que va con mi puesto (el mono es inquieto, ágil y busca los palos para trepar). Además, hay un arquero que siempre lo he tenido como referente, que es Navarro Montoya (que también le dicen mono). Para que voy a mentir, me queda y me gusta el apodo.
- ¿Preferís que te llamen Sergio Daniel en vez de mono? - Lo que pasa es que futbolísticamente nací con ese apodo y me siento bien, no me veo con otro.
- El otro día dijiste que lo que sos como arquero se lo debés a tu padre, ¿estás atajando mejor que él en su mejor época? - Yo vi videos de él y es difícil decir si estoy mejor que cuando atajaba. De lo que sí estoy orgulloso es que me hayan comparado con él.
- Esa vez se te cayeron algunas lágrimas, ¿qué te hizo quebrar? - Me emociona cuando hablan de mi familia, por eso no hago ese tipo de notas. Admiro a mi viejo y lo quiero mucho, por ahí la distancia y el buen momento por el que estoy atravesando influyeron. Cuando lo escucho decir que está contento y orgulloso por mí, me hace sentir feliz.
- ¿Te presiona que tu padre fuera un gran arquero y además atajara en la selección? - Ya no, al principio sí, porque era una carga, incluso decían que yo jugaba por mi padre, pero con el tiempo y los partidos me fui ganando un espacio y mi nombre fue pesando por mí, no por él.- ¿Por qué arquero? ¿por qué no delantero o defensor? - Ahí sí se dio por influencia de mi padre. Cuando empecé jugaba fútbol de salón, pero llegando a los 15 años mi padre me pidió que lo acompañe a los entrenamientos y que lo siga más de cerca. Fue entonces cuando empezó a pelotearme.
- ¿Él te metió a la cabeza de que tenías que ser arquero sí o sí? - No, sino que él me vio condiciones y dijo que podía ser arquero. En ese tiempo surgía el famoso reglamento del sub 20 obligatorio en los equipos y me anotaron en San José. Todavía estaba en el colegio, pero me gustó la idea. Empecé a ir más seguido a las prácticas con mi padre y viajaba con el equipo.
- Viene la Copa América y dan por hecho que vas a ser el titular, ¿te hacés con la número 1? - Seguro, es mi gran sueño, como es mi anhelo ser titular en las eliminatorias. - ¿Te llegó el momento? - Es el momento justo. Me siento bien física y mentalmente, a nivel personal y familiar estoy maduro, claro que tengo que trabajar mucho para pelear un lugar. Mi primer objetivo es estar entre los 20 convocados y luego a pelear el puesto a morir. Siempre me tocó estar en las selecciones, y siempre me tocó mirar de afuera, hoy creo que tengo la chance y no pienso dejarla pasar. Quiero ser protagonista.
- ¿Qué no te gusta de vos? - Por ahí a veces se me sale cadena (perder el control) en contra de un compañero, pierdo rápido los estribos y me voy contra el árbitro o el juez de línea. Con la experiencia que tengo puedo que controlar un poco más esas reacciones.
- ¿Te da bronca no haber sido un poco más alto? - (Se ríe). No reniego de mi estatura ni de lo que tengo, pero me hubiera gustado ser un poco más alto. Siempre bromeo con mi hermano menor que es diez centímetros más alto que yo (Luis mide 1,85), diciéndole en tono de broma que si yo, a los 22 años, hubiese tenido su estatura, tal vez habría estado jugando en Italia.
- A propósito de ‘altura’, ¿qué pensás cuando escuchás que no se jugarán partidos de las eliminatorias en ciudades como La Paz? - Están buscando sacarse de encima a La Paz, porque el fútbol sudamericano está cada vez más parejo a nivel de selecciones; han crecido Ecuador y Venezuela, nosotros tenemos que demostrar en la Copa América que estamos saliendo del pozo. Argentina tuvo que ir a dos repechajes, Uruguay lo mismo, Brasil no es el 'monstruo' de antes. Están queriendo facilitarle las cosas a los grandes para evitarse amargas sorpresas. A Argentina y a Brasil ya no les va alcanzar el peso de su camiseta para ganar.
- En el fútbol es común escuchar la frase "estoy en mi mejor momento", ¿vos lo estás? - No sé, pero yo me siento bien, no puedo decir que estoy en mi mejor momento porque siempre pienso en que cada partido tiene que ser mejor que el otro. Muchos me preguntan cuál fue mi mejor partido, y yo siempre digo que para mí el mejor partido es el que viene.
- Tu primo Rolando (Aurora) y tu hermano Luis (Wilstermann) también son arqueros, ¿hasta cuándo durará la dinastía de los Galarza? - Es difícil, pero creo que mi hermano debería ser el indicado para darle continuidad a esa tradición. Tiene que ser Luis (22 años) porque es joven, mis hijos están chicos, los de Rolando también, entonces va pasar un buen tiempo hasta aparezca otro Galarza.
- Imaginate en un equipo y en un país, ¿dónde vuela ese sueño? - Para mí es un sueño lejano, no por falta de condiciones sino por la edad. Me hubiera gustado ir a México o a Colombia; Europa no sé, allá buscan otro estilo de arquero.
- ¿Sentís de que el tiempo se te acorta y que la chance de emigrar es menor? - Así es, por eso digo que hoy me siento mejor que nunca para llegar a la selección de titular. Ésta es la oportunidad que estaba esperando, en agosto cumplo 32 años y los tiempos se van acortando.
- Pero podés llegar a los 42 años, como tu padre… - Si, pero hay una cosa. ¿por qué jugó él hasta los 42? Porque había pocos arqueros, y estoy seguro de que dentro de poco aparecerán más arqueros jóvenes. - El error de un arquero casi siempre termina en gol, ¿qué pasó en el gol de Boyero? - Tuve un error de cálculo, me apresuré en la salida. En ese momento estaba ansioso por ganar, faltaba poco para que termine el partido y estábamos 1-1, y por querer capturar una pelota más rápido tuve un error de cálculo, y ahí estuvo el delantero con la virtud de pegarle en un momento clave. Son fallas que a veces cuestan caro, a mí casi me costó el puesto.
- ¿Es verdad que se te van hasta las ganas de comer?- Ese día no dormí. Normalmente me cuesta conciliar el sueño, y después de ese gol no pude dormir dos o tres noches seguidas, porque en ese clásico perdimos muchas cosas: los puntos, un invicto de siete partidos sin derrota y tres partidos sin recibir goles, etc.
- ¿Si volviéramos atrás, ¿qué harías en esa jugada?- Me quedo en el arco, porque viene Ronald Arana ‘peleando’ con Boyero.
- ¿Y cuando se gana, sobre todo siendo figura como en el último clásico?-Me quedé muy tranquilo, porque uno trabaja para responder así al equipo. Yo entreno muy duro todos los días para responder a la confianza del entrenbador y del equipo. Después del clásico estaba muy contento…
- ¿Dicen que un jugador bueno nace, no se hace, ¿y un arquero?- Yo creo que tiene que nacer, pero a las condiciones con las que uno nace hay que ayudarlas.
- ¿De qué arqueros has aprendido secretos que te han ayudado?- Mi padre me enseñó mucho. En el tiempo que estuvimos juntos en Wilstermann, José Antonio Vaca (PF de la selección) me hizo ver que era importante la potencia y la reacción. También me hizo notar que era clave la fuerza y que había que trabajar mucho en el gimnasio, sobre todo para mí, por mis características. Carlos Angel Biassutto también me enseñó a corregir mis salidas en los centros, él fue muy importante dentro de mi carrera.
- ¿Cómo te lo imaginás a Sergio Galarza de aquí a unos 20 años?- Uff... Primero que nada con buena salud, sobre todo eso, y disfrutando de mi familia y del fútbol.
- Las comparaciones a veces incomodan, ¿cuál es la diferencia entre vos y tu padre?- Él tenía más presencia. He visto muchos videos de él atajando y creo que metía miedo. Donde le saco ventaja es en la rapidez y reacción, y en el juego con los pies.
- En un par de meses vas a cumplir 32 años, ¿no creés que te ha llegado un poco tarde la consolidación?- Más bien pienso que me ha llegado en el momento justo, porque lo más difícil que hay en el fútbol es la regularidad. Tuve picos altos y también bajos desde que inicié mi carrera. A partir de 2002 comencé a tener regularidad en Wilstermann; como dicen los argentinos, un arquero de 6 ó 7 puntos.
- Una vez dijiste que soñabas con jugar en Oriente…- Sí, por lo que significa el equipo, es muy importante para mi carrera. Tuve la opción este año de irme a otro lado, pero estoy bien acá, cómodo, contento por todo lo que mueve Oriente, sin lugar a dudas tiene la mejor hinchada del país. Entrar a la cancha y ver el estadio lleno de gente, o que en la calle te reconozcan y te alienten, eso es impagable.
- ¿Cómo quisieras que te recuerde la gente?- Como buen tipo, sobre todo eso. Se acordarán que atajé bien algún día, es lo de menos, pero que digan que fui un buen tipo es importante para mí.
- Castillo, Arana y vos festejaron después del clásico como si fuera un título, ¿prepararon el festejo frente a la hinchada de Blooming o salió en ese momento?- Salió ahí, porque no se puede ensayar un festejo antes de un partido que no se ha jugado. Estábamos muy contentos, es parte del folclore del fútbol, lo hicimos para cargar al rival pero no con mala intención ni de mala leche, y si molestamos a alguien o mellamos realmente su dignidad, como dicen, fue sin ninguna intención y por eso pido disculpas públicamente, no tengo problemas en hacerlo.
Las frases
"Después del gol de Boyero no pude dormir dos o tres noches seguidas. No exagero"
"Para qué voy a mentir, me queda y me gusta el apodo de Mono. Me identifico con él"
"Me enorgullece mucho que me hubieran comparado con él (su padre Luis Galarza)"
"No reniego de mi estatura ni de lo que tengo, pero me hubiera gustado ser más alto"
Perfil
Nació con la pelota en la manoSergio Galarza guarda con mucho celo una fotografía suya cuando tenía un año, previo a un clásico Bolívar-The Strongest en La Paz. Ahí comenzó su historia. Nació el 25 de agosto de 1975 (31 años); es hijo de Luis Esteban Galarza y Lourdes Soliz. Está unido en matrimonio con Carola Méndez y tiene tres hijos: Sergio (3) y los mellizos Esteban y María Noel (un año y siete meses). Sus hermanos son Juan Marcelo (29) y Luis (22). Se inició en Metalsan de Cochabamba, en 1993, y después jugó en Real Santa Cruz, Blooming, Wilstermann y ahora Oriente Petrolero. Su primo juega en Aurora y su tío Arturo en Bolívar.
0 Comentario:
Publicar un comentario