18 agosto 2008

Un gran premio

Fue más, siendo menos. Así se puede resumir lo que sucedió anoche en el Tahuichi. Oriente se adueñó del clásico 135 gracias a su efectividad, porque cuando tuvo la chance frente al arco del ‘Gato’ Fernández, no perdonó a un Blooming mejor parado en cancha pero que careció de la eficacia de su rival.

Oriente Petrolero 2x0 Blooming


Alarmante lo de la academia; de no creer la cantidad de opciones desperdiciadas nada menos que en los pies de Anderson y Boyero, sus dos letales delanteros. Y gracias a esta ventaja, Oriente lo liquidó con dos tantos: el primero de Jean Carlo y el segundo de Rea.
Sí, preocupante lo de los celestes, porque con el juego dinámico de la primera etapa, con la presión sobre el endeble Oriente que no hacía pie en la mitad de la cancha (el punto flaco a la vista), todo hacía presumir que sería Blooming el que se iba a ir al descanso en ventaja. Anderson y Boyero, solos frente al ‘Mono’ Galarza, desecharon las primeras opciones claras de gol. El gran trabajo que cumplía Gómez con sus envíos al vacío y la explosión de sorpresa de Sabja y Vieira por los costados, daban como para pensar en un rosario de goles en esa etapa. Pero no fue así.

Oriente se fue acomodando de a poco, con más sangre que otra cosa, pese a que en el medio no bastaba el empeño de Jean Carlo y Rea. Pero cuando moría la etapa inicial y los de Ferreira hacían el ‘negocio’ con el cero sellado, vino un centro de Campos que cabeceó Jean Carlo (42’) para anotar el 1-0. Fue el gol del impulso, que le dio vida a un equipo endémico en el juego de conjunto. De ahí hasta que finalizó esa etapa, fue para destacar la labor de Galarza (le sacó dos de adentro a Boyero), Hoyos y Almirón, que se daban modos para cerrar ante las arremetidas de los celestes, que eran mucho más.
Oriente necesitaba reacomodar su mediocampo para el complemento y Ferreira lo entendió así, aunque previo a ello tuvo que cambiar a Jiménez por Ribera, que se fue lesionado. Melgar ingresó por Peña y el equipo ganó en presencia, porque Aguirre y Campos tuvieron mayor libertad para encarar por sus bandas. Blooming seguía atónito, no por el juego de su rival, sino por la cantidad de chances que seguía desperdiciando. Se agarraba la cabeza Quinteros, Gómez protestaba con gestos de evidente molestia, pero no había vuelta, la academia no marcaba.
Y como el que perdona muere, Oriente acabó matando a su rival con una aguantada de Maraude que, tras un lateral, le cedió el balón al juvenil Rea, que solo frente al arco, le pegó seco y la pelota fue a parar a las redes. Nada que hacer para Fernández, Oriente liquidaba el pleito y se aferraba a sus fuerzas. Quinteros desesperado por al menos descontar, introdujo a Joselito Vaca y Gualberto Mojica, pero ambos no fueron la solución, porque la fórmula pelotazos a Boyero, acabó diluyéndose por el empeño de Hoyos que se dio modos para estorbar al ‘gigante’ que estuvo desacertado.
Al final el resultado no se movió, pese a que Jhasmani pudo aumentar con un remate que pegó en el horizontal. Oriente aguantó por el triunfo y al final lo logró, sin jugar bien porque aún le pesa las ausencias de Luis y Limberg Gutiérrez, pero con mayor ímpetu y eficacia cuando tuvo la chance de convertir. Si Blooming lo perdonó, Oriente no dudó en ‘matarlo’.

El Deber

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